GEOMORFOLOGIA FLUVIAL
Procesos:
Erosión.- La erosión de los ríos es consecuencia de
la acción hidráulica y la abrasión. La primera es producida directamente por la
potencia de la corriente al golpear contra las paredes y el fondo de los
canales. La abrasión es la acción erosiva que efectúan los cantos trasportados
por el río.
Debido al roce con las paredes y el fondo, la velocidad media de la corriente es mayor en el centro que en el borde de los cauces; y en la vertical, las máximas velocidades ocurren en la superficie, con una disminución progresiva hacia el fondo.
El flujo en los ríos puede ser laminar o bien turbulento (ver figura 1). El flujo laminar ocurre en canales poco profundos y con baja velocidad de la corriente
Debido al roce con las paredes y el fondo, la velocidad media de la corriente es mayor en el centro que en el borde de los cauces; y en la vertical, las máximas velocidades ocurren en la superficie, con una disminución progresiva hacia el fondo.
El flujo en los ríos puede ser laminar o bien turbulento (ver figura 1). El flujo laminar ocurre en canales poco profundos y con baja velocidad de la corriente
Se produce como carga disuelta y como carga sólida.
La carga sólida puede desplazarse por arrastre, rotación y saltación.
La meteorización química de ciertos tipos de rocas como las calizas, provee de
materiales en disolución. La suspensión afecta a las partículas sólidas más
finas que son mantenidas por la turbulencia de la corriente. La carga de fondo
está constituida por las partículas de mayor peso y tamaño (ver
figura 1 y 2).
La capacidad de carga de un río es directamente proporcional a la velocidad de la corriente. Por otra parte, hay una relación entre la velocidad de la corriente y el tamaño de las partículas. En la Figura se reconocen tres campos: uno en que la corriente puede producir erosión, otro en que la corriente produce transporte y un tercero en que ocurre sedimentación. El gráfico indica la velocidad necesaria para que la corriente erosione partículas de varios tamaños extraídas del fondo o desde las paredes del cauce. Se observa que a medida que los fragmentos aumentan en tamaño se necesitan velocidades cada vez más altas para su desplazamiento, así mismo, que la velocidad requerida para que se inicie la movilización puede ser mayor que aquella necesaria para mantener el material en transporte. Las arcillas tienen un comportamiento hidráulico diferencial debido a fuerzas electrostáticas entre las partículas, por ello necesitan velocidades de flujo casi equivalentes a los tamaños mayores para ser removilizadas (ver figura 3).
La capacidad de carga de un río es directamente proporcional a la velocidad de la corriente. Por otra parte, hay una relación entre la velocidad de la corriente y el tamaño de las partículas. En la Figura se reconocen tres campos: uno en que la corriente puede producir erosión, otro en que la corriente produce transporte y un tercero en que ocurre sedimentación. El gráfico indica la velocidad necesaria para que la corriente erosione partículas de varios tamaños extraídas del fondo o desde las paredes del cauce. Se observa que a medida que los fragmentos aumentan en tamaño se necesitan velocidades cada vez más altas para su desplazamiento, así mismo, que la velocidad requerida para que se inicie la movilización puede ser mayor que aquella necesaria para mantener el material en transporte. Las arcillas tienen un comportamiento hidráulico diferencial debido a fuerzas electrostáticas entre las partículas, por ello necesitan velocidades de flujo casi equivalentes a los tamaños mayores para ser removilizadas (ver figura 3).
Los ríos producen depósitos tanto en el cauce como
en la llanura de inundación.
En los ríos que forman meandros,
el depósito se produce tanto en el canal como en la llanura de inundación; en
ésta la sedimentación ocurre cada vez que una crecida importante hace que el
río se desborde de su cauce y comience a circular por la llanura de inundación
situada a ambos lados. Al ocurrir esto la corriente pierde energía súbitamente
y el río deposita la carga que transporta, episodios sucesivos de inundación
son los responsables del espesor que va alcanzado en el tiempo dicha llanura.
Durante cada inundación, los sedimentos más gruesos quedan al borde del canal
formando dos crestas contiguas que se comportan como diques de contención
natural. Los materiales más finos se depositan en pequeñas depresiones formadas
por los meandros abandonados también llamados ox-bow,
estas zonas quedan encharcadas después de cada inundación y en ellas se produce
la decantación lenta de los materiales más finos (ver figura 1).
En los ríos anastomosados el canal de escurrimiento es muy ancho y el flujo se ramifica en torno a un gran número de bancos de aluviones, esto ocurre cuando la corriente transporta gran cantidad de material y de gran tamaño lo que favorece el depósito dentro de su propio canal. La formación de estos bancos o barras comienza por el depósito de materiales gruesos que constituyen su núcleo, cuando decrece la velocidad de la corriente, se depositan materiales más finos por encima y en los extremos de la barra, finalmente, la barra puede llegar a emerger e incluso ser colonizada por la vegetación. Finalmente, en los torrentes, el escurrimiento es rápido e irregular.
En los ríos anastomosados el canal de escurrimiento es muy ancho y el flujo se ramifica en torno a un gran número de bancos de aluviones, esto ocurre cuando la corriente transporta gran cantidad de material y de gran tamaño lo que favorece el depósito dentro de su propio canal. La formación de estos bancos o barras comienza por el depósito de materiales gruesos que constituyen su núcleo, cuando decrece la velocidad de la corriente, se depositan materiales más finos por encima y en los extremos de la barra, finalmente, la barra puede llegar a emerger e incluso ser colonizada por la vegetación. Finalmente, en los torrentes, el escurrimiento es rápido e irregular.
GEOFORMAS FLUVIALES
FORMAS DE EROSION.-
FORMAS DE ACUMULACION
.-Son formas características los abanicos aluviales, las terrazas fluviales y los deltas.
El tamaño de un abanico aluvial es proporcional al área de la cuenca de drenaje situada aguas arriba. Los sedimentos en el abanico pueden alcanzar espesores de hasta 300 metros en la zona apical cuya pendiente puede sobrepasar los 10º.
Las terrazas fluviales generalmente se localizan a ambos lados del río y a la misma altura. Si existen varios niveles de terrazas se supone que el valle ha tenido más de un episodio de encajamiento, siendo las terrazas más antiguas las más altas topográficamente. En función de la importancia relativa de los episodios de erosión y depositación que se suceden a lo largo de la historia de un río, pueden formarse terrazas fluviales escalonadas o terrazas encajadas.
En las terrazas escalonadas los períodos de erosión que suceden a los períodos de depositación, son más importantes que éstos, de manera que el río excava todos sus aluviones y llega al sustrato rocoso dejando sólo algunos restos de sus aluviones en los bordes del valle.
En las terrazas encajadas los períodos de erosión no alcanzan a eliminar completamente los depósitos de aluviones anteriores, de manera que las terrazas quedan yuxtapuestas y superpuestas.
El tamaño de un abanico aluvial es proporcional al área de la cuenca de drenaje situada aguas arriba. Los sedimentos en el abanico pueden alcanzar espesores de hasta 300 metros en la zona apical cuya pendiente puede sobrepasar los 10º.
Las terrazas fluviales generalmente se localizan a ambos lados del río y a la misma altura. Si existen varios niveles de terrazas se supone que el valle ha tenido más de un episodio de encajamiento, siendo las terrazas más antiguas las más altas topográficamente. En función de la importancia relativa de los episodios de erosión y depositación que se suceden a lo largo de la historia de un río, pueden formarse terrazas fluviales escalonadas o terrazas encajadas.
En las terrazas escalonadas los períodos de erosión que suceden a los períodos de depositación, son más importantes que éstos, de manera que el río excava todos sus aluviones y llega al sustrato rocoso dejando sólo algunos restos de sus aluviones en los bordes del valle.
En las terrazas encajadas los períodos de erosión no alcanzan a eliminar completamente los depósitos de aluviones anteriores, de manera que las terrazas quedan yuxtapuestas y superpuestas.
De este modo, las terrazas se forman cuando una corriente llena un valle con sedimentos y labra después su cauce a un nivel inferior. La construcción inicial puede ser causada por un cambio en el clima que conduzca a un incremento en la carga de la corriente o a una disminución en su descarga. También puede elevarse el nivel de base de la corriente, reduciendo la pendiente y dando lugar al depósito.
Si la corriente de un río oscila de un lado a otro del valle, erosionando lateralmente, puede encontrarse con rocas resistentes que desvían la corriente y que impiden la formación de una terraza, en este caso se formara terraza sólo en un lado del valle, se forman así las terrazas disimétricas.
Cuando la corriente de un río fluye dentro de otra masa de agua, como un lago o el océano, su velocidad y su fuerza de transporte disminuyen rápidamente y se produce gradualmente la formación de un delta. En éste, el material grueso se deposita primero formando una serie de capas inclinadas conocidas como capas frontales, el material más fino es arrastrado más lejos y se sedimenta en el fondo del mar o lago formando las capas de fondo. A medida que el delta se extiende dentro del cuerpo de agua, la corriente tiene que extender su cauce hasta el borde del delta cubriéndolo con las capas superiores.
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